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Un viajero en Cuarentena; Sobreviviendo al COVID.

Actualizado: 20 sept 2023

¡Quédate en casa! ¡Quédate en casa! Esa fue la indicación con la que el 2020 llegó a mover prácticamente a todo el mundo, por supuesto que México y yo no seríamos la excepción, así que ante la incertidumbre de enfrentar algo en cierto modo desconocido, teníamos que ser precavidos y conservadores en la prevención.



Aeropuerto vacío por COVID19
Aeropuerto en COVID19


Pero ¿cómo hacer eso cuando toda tu vida ha sido moverse de un lado a otro?


De niño íbamos y veníamos muy seguido a Michoacán para visitar la familia, además la bendita escuela nos daba vacaciones en Semana Santa, Verano e Invierno y pensar en boletos de avión era un tanto complicado por ser una familia de 5, así que los viajes generalmente los hacíamos en auto y por estar acostumbrados, las distancias jamás fueron una limitación y cuando digo esto, no bromeo… en alguna ocasión mi papá decidió llevarnos a Nueva York y en carro, así que fue un viaje de muchos días y demasiadas paradas, quizás eso marcó mi vida viajera, pues supe que al ir por carretera se tenía la oportunidad de ver diferentes paisajes y conocer más pueblos o ciudades al paso.


Ya en la adolescencia, en la etapa de “estudihambre” viajar en avión con los amigos para vacacionar era complicado y nuevamente vinieron los recorridos en carro, no creo haber sido yo quien influyó en mis amigos para los viajes, quizás simplemente es que de manera inconsciente uno va filtrando personas por afinidad, aunque sí puedo asegurar que había unos momentos más largos que otros y básicamente eran así por la música, pues resultaba complicado ponernos de acuerdo cuando todos éramos bastante diferentes en gustos musicales; había el rocker, al del alma vieja, el fresa, el alternativo y el normal, obvio yo. (ventaja de ser quien escribe la historia).


Ya en mi etapa “Godín” (término usado en broma para clasificar a quienes trabajan en oficina de 9 a 6), tuve la fortuna de llevar proyectos que se desarrollaban por todo el país, tanto ciudades grandes como comunidades aisladas. Después el tiempo y el destino me llevaron a otro tipo de actividades, pero nuevamente permitiéndome seguir recorriendo el país y debo decir que como jamás me ha gustado ver el trabajo como tal, cada viaje ha sido una aventura, en la que administrando bien el tiempo se puede cumplir con las obligaciones y darle tiempo para ir más allá, conociendo más.


Podríamos decir que las tres etapas en conjunto formaron mi visión y pasión sobre los viajes, pues esos caminos me llevarían a conocer 31 estados hasta hoy y no solo por encima, además de las principales ciudades en diferente profundidad he podido visitar muchos pueblos, recorrer múltiples municipios y conocer bien, gran parte de los usos y costumbres de la gente. Hay quienes ven la alegría en la modernidad, pero me tocó conocer en cierto modo lo que muchos mayores citan como el México de ayer, púes aún hay rincones un tanto remotos o “aguerridos”, donde viven como lo han hecho tras generaciones y puedo asegurar que la felicidad luce en cada rostro, por lo osco que éste resulte, pues muchas veces solo percibimos a través de la sonrisa la alegría cuando en los ojos es donde realmente se logra apreciar.


Nos alcanzó la Pandemia


Ante el encierro por COVID, los viajes por México se convirtieron en viajes imaginarios
Viajando en casa

El 2020 prometía mucho en varios sentidos, pero hablando de lo que nos incumbe, éste año tenía programados dos viajes largos; uno al sureste en primavera, con la finalidad de disfrutar del caribe mexicano, recorrer sus playas de ensueño y deleitarme con la cultura maya, y otro a Baja California Sur en invierno, para conocer el único estado mexicano que se me ha negado en todos estos años, para adentrarme tanto en sus aguas de azul profundo como en las cristalinas, en sus desiertos y sus paisajes únicos; sin embargo, por la pandemia en principio tuve que mover los boletos del primero, para el mes de agosto porque en ese momento (febrero) se veía lejano, pero el tiempo nos alcanzó y habiendo aprendido un poco más de del virus es que decidí realizar ese viaje, del cual ya te contaré en un próximo artículo del blog, lo mismo que la experiencia de la nueva normalidad que me tocó vivir.


Por lo pronto solo te diré que fui, volví e inicié una cuarentena (15 días) con los nervios naturales que ocasiona la incertidumbre ante un posible contagio por la exposición, los días transcurrieron lento y día a día me evaluaba para confirmar que no presentara síntomas, agradeciendo por un día a la vez hasta terminarla, para poder sonreír por el hecho de haber podido disfrutar una buena estancia sin consecuencias… y si me preguntas si lo volvería hacer en Pandemia, mi respuesta será un contundente no, aunque no dejo de pensar en que pude observar como el sector turístico que tanto le ha representado a México en términos económicos y de posicionamiento mundial, por ello diría que no al menos en un corto plazo, aunque para apoyar a quienes viven de ello, tengo claro que no es necesario viajar e ir lejos, pues podemos empezar consumiendo local y apoyando a quienes se encuentren cerca de nosotros, así que sí…. ¡Quédate en casa!, Sí, pero consume local.


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