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Monterrey en un día

Actualizado: 20 oct 2020


Con tantos lugares mágicos que tiene México, solo puedo decir que fue el mismo destino el que nos llevó a pensar en un viaje a Monterrey, pero no como las veces anteriores en las que recorríamos la ciudad, sus barrios y visitábamos sus museos, bares o comíamos un buen corte de carne... ok, exageré, nada de lo anterior se descartó jamás, pues todo ello es obligado en la famosa Sultana del Norte y jamás dejaremos pasar una oportunidad para disfrutar su cultura y su bien afamada carne; por cierto ¿Sabías que el origen de la famosa "arrachera" viene precisamente de esta ciudad? Así es, el personaje conocido por aquellos rumbos como Don Jose Inés Cantú Venegas introdujo el corte a México por primera vez y usó la palabra arrachera, tras la cual ocultó durante un tiempo la sección de dónde provenía esta pieza de carne, pues en aquella época no era muy apreciada y temía su rechazo… pero bueno, me estoy desviando del tema así que sigamos con lo nuestro.

En busqueda del plan

Fue así como decidimos buscar actividades distintas a las habituales, para lo cual echamos mano de gente local y de información dispersa en internet, de esta manera y de forma inmediata salieron a relucir los accidentes geográficos de la Sierra Madre Oriental que dan carácter a la ciudad, como con ganas de más. el Cerro de la Silla, el Obispado o el peculiar Cerro de "La M", que son cimas y reservas naturales que ofrecen desde tranquilas caminatas por el bosque, hasta actividades más intensas como cañonísmo, escalada, espeleología deportiva, rapel, rafting, campismo y ciclismo de montaña. Nosotros evidentemente no buscábamos la tranquilidad del bosque, pues si decidíamos viajar tan lejos sería para encontrar la acción suficiente que balanceada con caminatas por la ciudad, nos dejaran una aventura digna de compartir y sobretodo la sonrisa cómplice, de cuando algo te enamoró y dejó con ganas de más.


La agenda del día viernes lucía intensa, iniciaba con el tradicional vuelo mañanero MX-MTY de las 5.05 am, el cual es bueno solo porque permite aprovechar el día completo en el destino, que sino podría sugerir que lo declararan ilegal por hacernos madrugar; había que estar en tiempo y forma, lo cual a esa hora es sólo posible con un buen vaso de café en mano... el viaje transcurrió sin contratiempos y esos 95 minutos de sueño extra de algo habrían servido, pues aunque la llegada fue a las 6.40 am, a esa hora ya traíamos pila al 100, quizás por emoción de lo que nos esperaba o porque no había de otra.

Lo primero que teníamos en mente era desayunar algo típico como un Machacado norteño (huevo con carne seca deshebrada) o algo más urbano como unos tradicionales tacos al vapor, siendo éstos últimos los ganadores pues jamás los habíamos probado y debo decir que fueron bien acompañados con un refresco Topo Chico, pues nos dijeron que la visita no estaba cumplida sin ese complemento regiomontano, tal combinación se ganó mi respeto pues si bien pueden ser tacos un poco simples, una orden te permite deleitarte con sus diferentes tipos (chicharrón, frijoles, deshebrada y papa), aunque ya entrados en gastos quizás son mejores dos órdenes, ya que los puedes pedir en tortilla de Harina o Maíz, para acompañarlos con salsa y col picada.

Cerro del Obispado (Mirador y Museo)

Después del buen desayuno, tuvimos que ir a cumplir con los compromisos correspondientes, pero “gracias” a la cancelación de un asunto al medio día pudimos visitar el famoso Obispado, su museo y el mirador llamado Asta bandera, nombrado así por su bandera monumental que forma parte de los 15 lábaros patrios del país cuyos mástiles rebasan los 100 metros de altura.

Ya desde ese momento la ciudad nos advertía complicaciones meteorológicas, pues la vista lucía brumosa y con mucho viento, razón por la cual no se encontraba la bandera principal ni las 20 históricas que la complementan; no obstante hicimos una visita al edificio virreinal, pues es uno de los más bonitos y mejor conservados del país, el cual fue mandado construir por el obispo de Monterrey, quien lo habitó un par de años después de su conclusión hasta su muerte y por ello el nombre. El inmueble hoy en día alberga el Museo Regional de Nuevo León, con una exhibición de objetos sobre la historia del estado, desde sus primeros pobladores hasta la actualidad.

TIP: El museo consta de 10 salas y su acceso no tiene costo alguno, aunque si necesitas registrar tu entrada. Está abierto de martes a domingo en un horario de 9.00 am a 18.00 pm. Si vas en auto, te conviene moverte del estacionamiento del museo al mirador en él, pues si bien la distancia no es mucha, recuerda que estamos hablando de un cerro.

Paseo Santa Lucía y Barrio Antiguo

Después nos fuimos a caminar por el famoso Paseo Santa Lucía, para disfrutarlo y hacer una transmisión en vivo en Periscope y observar que después de once años de su inauguración, el 15 de septiembre de 2007, la ciudad mantiene impecables sus 2.5 kilómetros de longitud que además lo convierten en el río artificial más largo de Latinoamérica, razón por la que esta maravilla de la ingeniería moderna sigue siendo uno de los sitios más visitados de la ciudad tanto por turistas como locales, pues además del paseo en lancha en el cual puedes disfrutar sus puentes, murales y fuentes danzantes, en el recorrido peatonal encontrarás también museos y restaurantes.

TIP: El recorrido en la lancha de embarcadero a embarcadero tiene un costo de $60 para adultos, los menores entre 5 y 10 años, así como los adultos mayores con INAPAM sólo pagan $40, mientras que los menores de 5 años viajan gratis. Los embarcaderos se encuentran en el Parque Fundidora y en el Museo de Historia Mexicana. El horario de este recorrido es de 10 am a 21.30 pm, todos los días del año.

Con el recorrido nos alcanzó nuevamente el hambre, por lo que para complementar la caminata por el río, decidimos despegarnos unas cuadras y adentrarnos en el barrio más icónico del centro de la ciudad, el popularmente llamado Barrio Antiguo, localizado a un costado del Palacio de Gobierno y la Macroplaza, en el cual disfrutamos una caminata entre algunos edificios del siglo XVIII que aún se conservan junto a otros de más recientes épocas; en sus calles nos dio gusto ver reactivada la vida que en nuestra visita en el año 2006, observamos afectada por temas de inseguridad, ahí fue que descubrimos algunas calles peatonalizadas y una zona dirigida al esparcimiento cultural y la preservación del patrimonio histórico, en perfecta sincronía con las necesidades sociales y familiares de la población, con restaurantes, cafeterías y algunos bares.

De entre las diferentes opciones, encontramos el emblemático Café Iguana que desde hace un par de décadas ofrece tanto buena pizza como conciertos de grandes grupos principalmente de rock y si bien la pizza y la cerveza de este bar sonaban tentadoras, nosotros queríamos algo más local y por ello una pareja que romanceaba en una de las bancas de las calles, nos mandó a unas “hamburguesas de carrito”, que para satisfacción nuestra, no eran de típica carne de paquete de supermercado, habíamos encontrado unas de auténtica carne de sirloin preparada en el mismo lugar y por supuesto, asada al carbón; después de 300 gramos de pura caricia al corazón acompañada de jamón, queso gouda y pan artesanal, seguimos nuestro andar para hacernos de un café, el cual lo conseguimos en el Seabird Coffee, un espacio relajado y con encanto , para después regresar al lugar donde pasaríamos la noche, pues habría que dormir temprano ya que al día siguiente una camioneta nos esperaría a las 4 am en algún punto de la ciudad para llevarnos a nuestra aventura.

Continuará...


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